El hombre con el que he de vivir para siempre.

Estoy expulgando los respaldos viejos, a petición de Andy, en busca de las fotos de la boda de Estéban. Lo que encontré entre otras cosas es algo mucho más viejo. Una carta de un ex novio. Los que me conocen cualquier ya me han oído hablar, chatear y decir pestes de esa persona. Sin embargo, al archivo de texto, que es respaldo de un correo electrónico del 3 de Noviembre del 2003, lo encontré titulado como "El hombre con quien he de vivir por siempre". Pocos saben que tengo cierto don de pitonisa que se manifiesta de vez en vez. Ahora me asombro de cierto presagio en aquellas palabras, por mi tipeadas con vehemencia. Qué estúpida fui, qué estúpida.

Empezaba: "Ayer me quedé totalmente satisfecho de ti"

Y como no iba a estarlo. Ese día un hombre -o remedo de tal- cumplió la fantasía de tantos; sirvióse de mi y las ansias que tenía yo de sentir y vivir cosas. La cabrona naturaleza, así es, en su razón evolutiva y cruel sinrazón. Cómo iba a saber yo, con la autoestima tan baja como la tuve (o tengo), que semejante bocado no debió haberse dado a los cerdos.

Yo, tan hermosa, que entonces era, yo con mi cuerpo tan joven, tan perfecto, sin cicatrices, sin romper...

Virgen.

Y ahora lo sé muy claro; yo deseaba, no "Lo" deseaba, sólo deseaba. Cómo iba a saber yo que pude haber escogido algo mucho menos pusilánime. Porque a ese sujeto no se le puede llamar persona.

Las marcas de mis senos maltratados nunca se fueron. Se asientan y estiran con los años. El desazón de mi vientre nunca se murió y sólo mediante maniobras y artificios puedo ver de reojo lo que en otro tiempo busqué con tanto afán. Y ahora otro hombre, el prometido, no puede evitar lamentarse de lo que ya no soy, de lo que ya nunca probará ni él ni nadie, ni siquiera yo misma.

Tengo cierto don de pitonisa. No me equivoqué entonces. Para horror, ciertamente aquel es el hombre con el que he de vivir para siempre.

Porque esa desgracia es eterna y sin solución.

Comentarios

Entradas populares